sábado, 16 de febrero de 2019

NOTORIEDAD


Aprovecho un respiro en mi rutina diaria para reconocer el talento de algunas personas que se han cruzado por mi vida y me hacen sentir la necesidad de que estoy en deuda con ellas:
 
María José Viz Blanco, mi talentosa tía, una escritora tenaz y valiente que vuelve a sorprenderme con su sensibilidad en su reciente libro “Los abrazos líquidos”. Quisiera compartir con vosotros la gratitud permanente que siento hacia ella, por darme aliento en mis proyectos personales y por compartir con generosidad sus emociones conmigo y con todos sus lectores.












Txantxu, cantautor y músico reconocido, lo conocí por casualidad en una de sus múltiples facetas, y le faltó tiempo para regalarme un ejemplar de su último disco “Nómadas”. Espléndido repertorio de canciones que ha de tener su recorrido en el panorama musical español por su calidad y por la intensidad de sus directos. Yo quedé en regalarle un ejemplar de “El Penefactor”, y por circunstancias de la vida le perdí la pista en uno de sus traslados a Madrid. Ni siquiera tuve tiempo de torturarle con la lectura de mi “inconmensurable obra” y tampoco tuve la oportunidad de reconocerle la valentía de creer en sí mismo. Espero que le vaya bien en todos sus proyectos.



Ambos ejemplos de perseverancia me invitan a reflexionar, o a protestar enérgicamente por los obstáculos que encuentra la creación artística en esta supuesta sociedad del “conocimiento”, por esa absurda notoriedad de ciertos fenómenos mediáticos actuales en detrimento de perspectivas culturales más amplias, Y en ese sentido evito dar nombres para no contribuir a la espesa niebla de bobadas que alumbra el panorama político mundial y la creación artística en particular, porque a este paso, sin ninguna duda, en unos años todos tontos, y por supuesto, sin el menor esfuerzo.