lunes, 9 de enero de 2012

MOVIMIENTOS

     No pertenezco a una generación cultural reconocible porque realmente podría adscribirme a cualquiera. Crecí con los clásicos y de vez en cuando voy intercalando lecturas de autores modernos. Musicalmente crecí en los ochenta, arquitectónicamente en los noventa, la pintura me llegó tarde, justo cuando comencé a visitar los grandes museos de Madrid, Londres y Nueva York, luego me quedé con las ganas de entrar en El Louvre de París, pero ya habrá tiempo de ello, la estancia fue corta. Ideológicamente no me identifico con ninguna tendencia dominante, tal vez porque me considere un poco ácrata, lo del capitalismo tampoco lo llevo bien, si entendemos que la acumulación de riquezas se aleja bastante de cualquier concepto libertario. En fin, que según mis influencias puedo ser catalogado como un ser completamente previsible.
            No me gustan las etiquetas fáciles, lo de establecer límites por generaciones me parece algo burdo y simplista, prefiero hablar de movimientos que trascienden más allá de la linealidad de una época concreta. Echo de menos movimientos artísticos e ideológicos, especialmente en épocas de crisis como esta, porque parece que no queremos enfrentarnos con la realidad, ni tan siquiera huir de ella. Me gustaría fundar algún movimiento, aunque no me sienta capaz de hacerlo, o por lo menos aspirar a dejarme llevar por alguno de ellos. Lo importante es empezar a moverse, sea como sea, porque ya tendremos tiempo de detenernos y de pasar al olvido.

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