Una vez más
hay que reclamar el laicismo de nuestro Estado de Derecho, porque un partido político
no puede imponer su criterio, moral o religioso, al conjunto de la ciudadanía.
Se podrá discutir si el aborto es un derecho o no, se podrá discutir en qué términos
o en qué plazos, pero limitarlo en aras a un supuesto afán de protección de la
vida, incluso en caso de malformaciones en el feto, ya es algo que roza el
delirio.
Por suerte o
por desgracia yo tengo formación religiosa, he sido católico practicante hasta aproximadamente
los dieciocho años, y he seguido el proceso hasta la postconfirmación; luego mi
mente empezó a chirriar con la doctrina dominante y empecé a apartarme del “buen
camino”, hasta lo que soy, un ateo convencido que no busca otra cosa más que el
amor por el prójimo y la serenidad. No busco explicaciones divinas a lo que me
pasa, o a lo que nos pasa, ni pretendo convencer a nadie de que el camino
correcto es el laicismo, lo que sí espero es que el Estado sea una garantía de
los derechos de todos los ciudadanos de este país; y espero que la vieja Europa
reaccione como garante de un espacio de convivencia y de libre pensamiento,
ante la tentativa de aprobar una ley retrógrada como la que nos acecha en
España.
Amén, hermano. Feliz y próspero 2014.
ResponderEliminarLo propio, Feliz 2014 y que este sea un buen año para todos. Nos vemos, un abrazo.
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