lunes, 12 de noviembre de 2012

COMPETITIVIDAD




COMPETITIVIDAD

Parece que en España el nivel de los salarios es ya similar a la pensión media y a la retribución por desempleo, por eso más de uno pensará que ya está encaminada la senda del crecimiento y el aumento de competitividad, pero luego la realidad es tozuda y va por su propio camino. Yo suelo comparar el tema con los objetivos para mejorar la calidad de la educación, porque por muy buen modelo educativo que se tenga, o se ponen los medios suficientes y se incide en la motivación de todos los integrantes del sistema, o las reformas sucesivas no sirven para nada. En el terreno laboral más de lo mismo, si no hay suficiente inversión en tecnología, si no existen expectativas profesionales adecuadas y si no se promueve una conciliación familiar y laboral con unos horarios racionales, difícilmente se va a conseguir la motivación necesaria de los trabajadores, por mucho látigo o por mucha crisis que tengamos encima.
En cuanto a las empresas, nos encontramos con las mismas rémoras que de costumbre, falta de planificación a largo plazo, y por consiguiente de inversión, formas de hacer negocio poco edificantes, bien porque se reúnen cuatro amiguetes que tienen acceso a los recursos públicos y lo mismo te hacen un aeropuerto que te privatizan un hospital, pero todo por el bien de la comunidad, claro; y otro sinfín de malas prácticas que conducen a que se acabe politizando determinados ámbitos que debieran regirse más por criterios económicos y de gestión, porque puestos a decir barbaridades, me temo que eso de la competitividad se quiere para determinados ámbitos, para el rollo ese de la exportación y de las multinacionales, porque a más de uno que se le preguntase te diría que "mi cortijo que no me lo toque nadie".

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