martes, 12 de julio de 2011

ESPACIO SIN REFERENCIAS


  Ya entrado en los cuarenta profundizo en mi relación con mi frágil memoria. Recientemente he asistido a una reunión de amigos de la promoción del 71, ciertamente son amigos con los que comparto imágenes y referencias de una época ya pasada, con los que tengo mucho en común y que me alegro siempre de verlos. Aunque cada uno asume las vivencias de una manera muy personal hay algo que nos une más allá de lo evidente, porque siento que todos teníamos cosas por hacer y que pusimos mucho empeño en lograrlas. Algunos las han realizado, otros seguimos en el camino, en el eterno camino que nos empecinamos en recorrer cada día para alcanzar nuestras metas. Fue una cena que dio para mucho, un entrañable momento de conversación que espero repetir. Me alegré mucho de verlos y me alegro de seguir contando con su amistad.
  Bueno, más allá de lo nostálgico, me adentro en la razón que me invita a reflexionar en esta ocasión. Tal y como apunto en el título de este artículo me encuentro nuevamente en un espacio sin referencias, lugar al que vienen abocados los que van superando etapas de sucesivas certezas. Pocas quedan, tal vez las que provienen de mis autores favoritos, Homero, Goethe, Voltaire, Nietzche, Kundera y otros muchos que se han ido sumando al camino y que considero también amigos cercanos. Del resto, sólo palabras enredadas.
  "El futuro pasa por mecanismos de equilibrio dentro de sistemas sin referencia", así reza una cita de mi próxima novela, en la que parto de la premisa de que la memoria es uno de esos mecanismos de equilibrio que nos permiten abstraernos de un mundo cada vez más cambiante y desestabilizador. De la memoria me quedo con lo emocional, que si tengo que ponerlo en valor puedo equipararlo al ochenta por ciento de mi vida, porque lo racional sólo es una insignificancia, una estructura heredada que acostumbra a temblar y derruirse. El mundo emocional es el mayor espacio sin referencias de mi vida y también el de muchos, la memoria es el primer paso para el equilibrio, la empatía es otro de ellos; los amigos nos hacen fuertes y sensibles, y la distancia nos aleja de nosotros mismos. Espero seguir siendo consciente de ello y que mis amigos me ayuden a recordarlo. Un saludo a todos y nos vemos pronto.

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