Recientemente he leído la noticia de que la banda terrorista ETA abandona definitivamente la actividad armada y es algo de lo que se puede alegrar toda la sociedad española, rencillas aparte, de hecho es un triunfo de todos, dado que cada uno tenemos nuestra responsabilidad en promover que se resuelvan los conflictos de una forma pacífica y civilizada. La violencia nunca está justificada y es un fracaso de toda la sociedad, venga de donde venga, en la educación de nuestros hijos, en la convivencia con nuestra pareja, en nuestra relación con los demás, en los conflictos internos o externos de un país, en la represión de voluntades, en el sometimiento o en la liberación de un territorio, y en todas aquellas intervenciones que degeneran en violencia. Nunca está justificada y es un fracaso de toda la comunidad, ya sea de países, de territorios o de personas. Además hay que exigir mayores esfuerzos, a nuestros gobernantes y a nosotros mismos, y no podemos permanecer indiferentes cuando esta se produce.
Por suerte o por desgracia, lo de mantener la ilusión de un mundo en guerra ya no es viable ni para la más calenturienta de las mentes, porque el desarrollo de la tecnología nos hace vulnerables a nuestra propia violencia. Cada día son más factibles herramientas de destrucción masiva y a un menor coste, así que es imposible cerrar todas las puertas y retener todos los medios entre las personas que supuestamente se consideran “responsables”. Así que confiemos en que lleguemos a tiempo de organizar una convivencia pacífica entre todos, y mientras tanto alegrémonos de estar cada vez más cerca de la paz.
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