Ya son
más de sesenta años de esta organización de ayuda al refugiado y su presencia
sigue siendo tan necesaria como en un principio, constatación de la triste
realidad que nos rodea. En el fondo de la cuestión podemos creer que están los
derechos humanos y su vulneración, porque básicamente son organizaciones que se
dedican a luchar contra esos abusos, pero si vamos más allá podemos ver lo de
siempre, entornos privilegiados que se resisten a perder su influencia. El
poder, la ideología, la religión o la riqueza son aspiraciones de la condición
humana, pero la comprensión y la libertad también lo deberían ser de igual
manera. La empatía forma parte de nosotros, queramos o no, y el dolor de la
gente que sufre, a menos que nos empeñemos en mirar hacia otra parte.
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