En alusión al
artículo del blog de mi buen amigo Saluditero, en el que comenta el origen de
este cuadro y muchas de las utilizaciones que se han hecho de la imagen de la
joven que aparece en el mismo, subo esta foto para corroborar el hecho y
aportar un nuevo ejemplo de arte descontextualizado. La imagen procede de un
viaje a Nueva York y es de una habitación de un hotel decorado por el
prestigioso diseñador Philippe Starck.
El hecho es
que ya estamos muy acostumbrados a ver el arte descontextualizado, el arte en
sí es un objeto de consumo, algo adquiere valor y enseguida es imitado hasta la
saciedad, y da igual el formato que se emplee. Si la obra adquiere significado
en el contexto para el que fue creada, poco a poco nos empeñamos en arrancarla
de ese medio para que pierda toda su originalidad y su sentido, pero no
importa, nos contentamos con el sucedáneo del objeto. El cuadro en cuestión es
“La Joven de la Perla”, del pintor holandés Vermeer, retrato también conocido
como Muchacha con Turbante, qué decir al respecto sino que la joven es
excepcionalmente hermosa, y el cuadro es una obra maestra. Muy distinto es que
como cabezal de cama pueda considerarse como elemento artístico, pero a fuerza
de ser sincero tendría que reconocer que tampoco me importa demasiado, la
estética de la habitación me encanta, pues con pocos medios Philippe Starck
consigue darle una personalidad enorme a ese espacio tan diminuto. En fin, que tendré
que reconocer que en esencia soy contradictorio y que el arte es tan
escurridizo como sus formas.
Gracias, querido Guillermo, por la parte que me toca. Me encanta, más que seas contradictorio, que lo reconozcas en público. El gesto te honra. Coincido contigo en la idea de la costumbre de descontextualizar el arte, y yo añadiría, de banalizarlo. Son la copia y la parte lo que se valoran frente al original y el todo porque creo que la velocidad que exige la sociedad impide que se pueda parar el individuo a observar y a pensar en el conjunto. Feliz agosto longevo.
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