
A punto de
dejar liquidado el capítulo tres de mi primera novela Referencias de la
Memoria, me convenzo a mí mismo de que sigo teniendo cosas qué decir y que debo
seguir adelante con un proyecto que amenaza con convertirse en un auténtico tostón.
Xavier Carazo, un excelente profesor que tuve en mi etapa como estudiante, que
conocía mi afición por la escritura y que tras recibir algún que otro premio literario
comenzó a fijarse en mí, me animó siempre a leer más, me advirtió de que esto
de la literatura no es más que “literatura sobre la literatura”. Y en efecto,
no se equivocaba, uno no puede ir por ahí tratando de inventar lo ya inventado,
o como decía Nietzche, no se puede empezar desde la nada sino que hay que
retomar el camino que ya han recorrido otros autores o pensadores. En eso estoy,
aunque no tengo muy claras las referencias a seguir o los objetivos a alcanzar.
Entretanto trato de
aportar una impronta personal a todo lo que hago, con lo que he vivido y experimentado,
y siempre con la necesidad de tener algo que decir, porque un libro sin
significado es una pérdida de tiempo para el que lo escribe y para el que lo
lee. Espero por lo tanto completar un buen capítulo y no aburrir al personal.
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