sábado, 10 de septiembre de 2011

FRAGMENTOS PERDIDOS


"Trucà a la porta i isqué un home. En eix precís instant, el rellotge marcà les dotze i un llamp esborronador esquerdà el cel. Poc después l’estrèpit del tro irrompé a la ciutat i començà a ploure. Torní a mirar cap a la porta i allí era estés en el sòl. Maledicció!, era ell!, el veí d’enfront!. Corrí a socórrer-lo, però era massa tard. Havia segut salvatgement perforat per vint o trenta ganivetades a l’esòfag. Enmig d’un gegantesc toll de sang reposava el cap d’aquell pobre home sobre un pamflet polític…."
     Este fragmento literario pertenece a "Pecat Original", un relato corto que escribí en mi adolescencia y que mereció ser premiado. Por desgracia conservo muy pocas partes de esta obra, mi mala cabeza y las prisas con las que la escribí me llevaron a extraviarla, y nunca me he preocupado de seguirle la pista. Supongo que estará perdida en algún archivo olvidada y cubierta de polvo.
     Para el que no identifique el idioma comentar que está escrita en valenciano, lengua propia de la Comunidad Valenciana, y que junto con otras lenguas propias del país constituyen una riqueza cultural de la que me siento muy orgulloso. Mis orígenes son valencianos, he nacido aquí y he vivido siempre aquí, aunque no podría dejar de mencionar que mis antecedentes son otros, inequívocamente gallegos, tanto por parte de padre como por parte de madre, y he crecido escuchando en casa hablar en gallego, que hasta incluso podría atreverme a chapurrear un poco el idioma. Lo de escribir en otra lengua que no fuera la materna fue un poco por casualidad, animado por mi profesora de valenciano, a la que le debo el mérito de ajustar la traducción a su justa medida. El hecho es que me siento involucrado con lo valenciano, y me gustaría estarlo aún más, porque la lengua es un vehículo imprescindible para acercarse a cualquier cultura. Por eso no entiendo polémicas actuales en torno a la idoneidad de la inmersión lingüística, porque rechazar la inmersión es ayudar a devaluar la riqueza cultural que un territorio posee.
     Recuerdo haber escuchado alguna vez de una persona supuestamente formada, que si todos hablásemos el mismo idioma sería más fácil entendernos, no le contesté en su momento y le contesto ahora, porque para entenderse sólo hace falta tener voluntad de hacerlo, lo demás son excusas. Si el pensamiento tiene sus límites en el lenguaje, la inteligencia y el conocimiento parten de la capacidad de establecer relaciones entre disciplinas y conceptos que aparentemente parecen inconexos. Por dicha razón la diversidad cultural y científica se hace imprescindible para poder seguir avanzando, ¿cómo plantearse conocer al hombre sin adentrarse en la diferenciación cultural?, ¿cómo podría avanzar la filosofía en un entorno cada vez más uniforme?, esas son preguntas que nos deberían hacer inquietar a los que nos sentimos involucrados con el pensamiento, pero por descontado ya hay quienes tienen todas las respuestas y no necesitan hacerse más preguntas. Descansen en paz y sigamos por nuestro camino.

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