lunes, 18 de junio de 2012

ELECCIONES GRIEGAS

     Los recientes resultados electorales nos permiten aventurar que han ganado los partidos favorables al rescate y que todo vuelve a la normalidad, pero siendo realistas, hemos de reconocer que sólo hemos ganado un poco de tiempo para reconducir la situación hacia un entorno razonable de ayuda y de compromiso mutuo; porque si en términos macroeconómicos podríamos hablar de sostenibilidad, en términos sociales deberíamos estar hablando ya de garantías de paz social. No en vano la sensación de hastío de la ciudadanía es cada vez mayor, máxime cuando las medidas de austeridad inciden en el empobrecimiento generalizado de las clases medias; porque cada vez más cunde el ejemplo de Islandia y se instala en el pensamiento colectivo que lo mejor es dejar de pagar las deudas que otras personas han contraído por nosotros, que no tiene sentido jugar una partida de póquer en la que las cartas están marcadas y que lo mejor es romper la baraja, porque cada vez son más los que ponen en cuestión a las instituciones políticas y financieras, y los que quieren coquetear con formaciones ideológicas poco recomendables para aprovecharse del descontento popular.
            Los resultados de las elecciones griegas ponen de manifiesto el descontento y el miedo de la gente, así que pienso que deberíamos buscar soluciones de inmediato si no queremos aventurarnos con posibles estallidos sociales, porque no podemos esperar a los hipotéticos resultados positivos de las políticas de austeridad, ni si quiera en el medio plazo, porque posiblemente lleguemos tarde a cualquier solución que repare el daño causado, porque el dinero va y viene, pero el sufrimiento permanece, por muchas generaciones.
            Yo me fui de viaje de bodas a Grecia y también conozco a una estudiante de arquitectura con la que trabajé en España, huelga comentar que me une mucho a aquel país, y me gustaría que encontraran una fácil solución para este embrollo financiero, pero por supuesto ya no creo en milagros, sólo en la voluntad de la gente, y desde este humilde blog me gustaría creer que los que tienen capacidad para arreglar el problema también tienen la determinación para solucionar la crisis griega de una vez. Por lo tanto espero que todos hayamos aprendido la lección de los comicios griegos y que la pesadilla no vuelva a repetirse, por el bien común.

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