Después de las últimas elecciones
en España nos vemos abocados a la misma excusa para mantener a raya a los
descontrolados, como si la buena política y la economía fuesen siempre de la
mano. Y es que estamos demasiado acostumbrados a malos gestores y a malos
políticos, y a la dejadez de las autoridades europeas incapaces de fijar unos
parámetros mínimos para la inversión pública, tanto en sanidad como en educación,
pilares básicos del bienestar, así como en aquello que afecta a la
investigación y al desarrollo común de los Estados. Y es que cualquiera diría que
parecen más preocupados por fijar unos objetivos de déficit, que en valorar en
qué se gasta el dinero y cuál es el retorno de esa inversión, o diciéndolo de
otro modo, “permiten que se recorte en todo lo que se crea conveniente siempre y
cuando cuadren las cuentas”.
Ante
este lamentable panorama, y evidenciando la falta de voluntad de acuerdo de los
partidos políticos españoles, propongo nombrar como Presidente del Gobierno a
Chiquito de la Calzada, o a un humorista o charlatán semejante, pues asumiendo como
mal menor que los Presupuestos Generales del año 2016 ya están aprobados, y
ante la insistencia de la Unión Europea por recortar otros 10.000 millones de
euros, bien podríamos utilizar alguna de sus geniales frases para marear al
Comisario Europeo de turno, y para estar de elecciones durante un par de años
más. “Fistro pecador, por la gloria de mi madre,…, que no tenemos ni para
tabaco”.
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