jueves, 10 de diciembre de 2015

OBRAS MAESTRAS

     El Penefactor, bien pudiera acabar siendo una obra maestra de la literatura universal, aunque con ese título…, me temo que tendré que resignarme a permanecer escondido en alguna estantería y a pasar vergüenza cada vez que alguien me pregunta sobre el argumento de tan disparatado libro.
   Bromas aparte, os explico que estoy recopilando algunas obras paradigmáticas de la arquitectura contemporánea para mi página personal de Pinterest, y en ese intento me ha vuelto el cosquilleo que sentía al tomar contacto con muchas de ellas en la universidad, o cuando años después tenía la oportunidad de contemplarlas in-situ en alguno de mis viajes. La sensaciones que experimentaba entonces al recorrerlas son equiparables a la de entrar en un templo religioso, pero sin la parafernalia del fervor y de la ostentación, con esa mágica envolvente de la genialidad de sus autores, donde es imposible prescindir de alguna de las partes sin arruinar el conjunto. Simplicidad y originalidad, con una indudable aportación a la Historia del Arte y del conocimiento, pienso que son las claves de su éxito.
                Muchos son los atributos de este tipo de obras, y muy dispar el parecer de la crítica y del público aficionado, no en vano se suele confundir la espectacularidad de las formas con la verdadera grandiosidad del proyecto, sin tener en cuenta otros condicionantes,  como el lugar, la economía de medios disponible, las limitaciones de espacio, las dificultades técnicas, o las tendencias estéticas que pueden provocar incluso incomprensión en el momento. Todos esos problemas han de convertirse en virtudes en manos del genio creador, que los resuelve con solvencia hasta lograr una maravillosa fluidez, la de unos espacios forjados a base de luz y de sensibilidad que es la base de la gran Arquitectura.

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