miércoles, 5 de septiembre de 2012

JUEGO DE PALABRAS

     Parece que somos muy dados a juntar palabras sin valorar el significado que resulta dicha unión, sin ir más lejos, la última ocurrencia de mi hija ha sido bautizar a sus masticables como “chicles de tormenta”. He de reconocer que me encanta su idea y que por eso he tenido la debilidad de compartirla con todos vosotros, además me sirve de excusa para comentar otra ocurrencia ligada a la actualidad, porque no sé a quien se le atribuye el honor de inventar el dichoso concepto de “banco malo” que tantos quebraderos de cabeza nos trae ahora.
            Empezaré por matizar que no existe un banco malo como tal, son entidades financieras y se da por supuesto que no pueden ser buenas por definición, se dedican a lo que se dedican y su finalidad es la de dar cobertura a un sistema que acapara y renegocia a partir de la necesidad, y eso está muy lejos de cualquier actividad altruista. En cuanto a los “activos tóxicos” que pretenden aglutinar, habría que hacer la vista gorda para creerse que algunos de ellos pueden considerarse como simples activos. Hay suelos y determinadas construcciones situadas en el limbo de lo urbanizable que directamente van a necesitar de un concepto más amplio, incluso puede que sea más eficiente y apropiado considerarlo como elementos “a expropiar”, porque ni en quince, ni en cien años van a encontrar utilidad urbanística ni comprador. Así que sería mejor devolverlos a su estado original y convertirlos en terreno rústico o en parques urbanos, porque pienso que nos ahorraríamos tiempo y dinero. En cuanto al resto de activos, pues ya se sabe, un mercadillo y a animar al personal con la cantinela esa de “viviendas para todos”, “y a buen precio señora”.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario